S A V I A

Mad is Mad y Signus Ecovalor (entidad sin ánimo de lucro encargada de la recuperación de neumáticos fuera de uso en nuestro país) se unen en S A V I A para ofrecer una exposición colectiva de cinco artistas que trabajan con lo más natural. La naturaleza no sólo les sirve de inspiración para su creatividad, sino también de materia para sus obras. Con S A V I A queremos hacer una llamada directa y artística a la reconexión con lo más natural, que es, a fin de cuentas, nosotros mismos. El principio de todo.

S  A  V  I  A

Reconectar con lo más natural

Elena Ardao, Atauri, Lorena Cosba, Diego Lara, Adrián Pereda 

Inauguración: Viernes 4 noviembre, de 18 a 21 h.
Exposición hasta el 10 diciembre

CON LA COLABORACIÓN DE

 

 

ELENA ARDAO

‘Gyotaku’ es una forma de estampación japonesa. El término significa ‘frotar’ y
’pescado’. Se inició a mediados del siglo XVIII en el país asiático. Su origen fue registrar las capturas de una
buena noche de pesca. Todavía hoy se conserva esta técnica.
La artista lleva esta sutil manera de estampación al mundo vegetal. Inspirada por los herbarios, las huellas de las flores silvestres quedan selladas en estos grabados sobre papel y tela de fibras vegetales, jugando con el tiempo en el tiempo. En S A V I A, nos presenta una delicada selección de estos trabajos.

Elena Ardao es artista plástica y visual. Graduada en artes plásticas por la escuela SUR fundada por el Círculo de Bellas Artes y La Fábrica en Madrid. Su pasión por la fotografía la llevó a realizar el Master PhotoEspaña 2018. Ha expuesto en lugares como el Círculo de Bellas Artes (Madrid, 2017), Bastardo Hostel (Madrid 2019), Foto Zurich (2019), Centro de Arte Alcobendas (2019), Residencia Cantera Tabacalera (Madrid 2019), Residencia Artística en el Centro de las Artes de San Agustín Etla (Oaxaca, México 2020). Exhibe su trabajo en galerías como el Jardín Botánico de Madrid y Tado.

ATAURI

“Me declaro recolectora de objetos. Siempre cargo con piedras, semillas, palos… en los bolsillos. Siempre miro al suelo por el campo en busca de tesoros que almaceno en casa o el estudio. Luego les doy una nueva vida.

En el mundo vegetal nada se para. Cambia de forma constantemente, y en sus diferentes estadios todo es tremendamente bello. Guardo aquello que encuentro y lo preservo del paso del tiempo. Lo aíslo y lo dejo reposar. Cuando llega su momento cobra una nueva vida y pasa a formar parte de alguna de mis obras.

Tengo un argumento en mi cabeza que hilvana todo aquello que recojo, y lo convierto en una historia entretejida a base de capítulos. A veces sueltos, otras ordenados en series, metáforas de mi propia vida.

Las raíces son anclajes. Son historia.

Los tallos son miembros que buscan la luz.

La vegetación es nuestra casa. Debería serlo”.

“Las obras de raíces que presento en la exposición S A V I A pertenecen a un políptico que realicé con nueve plantas que recolecté un invierno hace años. Plantas muertas que limpié y cuya arquitectura oculta rescaté. Representan mujeres de mi entorno que se liberaron de sus ataduras. Las sillas vacías ancladas a un pasado, testigos de quien se ha ido.

La burbuja pertenece a una serie con objetos naturales encontrados en Menorca, homenaje a la tierra de mi madre. Las Baleares son para mí mi casa y fuente de inspiración”.

LORENA COSBA

“Fotógrafa profesional, apasionada de los procesos químicos, los experimentos fotográficos y los tesoros encontrados en rastros, cajones y lugares inesperados. En mis proyectos personales me gusta rebuscar en la memoria propia y ajena, ensuciarme las manos y crear objetos imposibles combinando elementos naturales con imágenes antiguas rescatadas, cartas, postales y trastos desechados por sus dueños. Creo en la poesía que se esconde en los álbumes familiares, las cajitas de la mesilla de mi abuela y los carretes que se velaron y solo están en la memoria”.

En S A V I A, Lorena Cosba presenta ‘Somos porque otros nos recuerdan’.

“El primer sábado de un mes cualquiera, rescatamos en un rastro de Zaragoza una caja-tesoro con 476 fotos familiares, 35 postales, 10 recordatorios de comuniones y fallecimientos, una partida de nacimiento, un billete de avión manuscrito, varias tarjetas de visita, 35 cartas y cientos de negativos en sus carteritas. En la caja habitaban Feli, Octavio, Paco, Dori, Adela, Roberto, Gerardo, Óscar e Isabel. Con sus rostros, sus historias y un montón de hojas recogidas en el Ebro, recreé un árbol genealógico que he acompañado de sus documentos personales, aquellos que ellos leyeron, tocaron y construyeron su historia”.

DIEGO LARA

“Caminando por Madrid, Diego Lara fue recogiendo cortezas de plátanos, uno de los pocos árboles urbanos que renuevan su piel. Con este material que suele quedar abandonado en los alcorques, creó una pieza en la que ha logrado una de las aproximaciones más matizadas de su trayectoria. Porque, no satisfecho con la colocación de las cortezas en el marco de relación con el espacio vacío que es el cuadro, sobre la superficie de algunas de ellas ha dibujado plantas prehistóricas. Así, las cortezas viven, tras su primera metamorfosis como naturaleza caída, una segunda como soporte para la inspiración del artista.

Con este collage, Diego Lara (nacido en Colmenar Viejo, Madrid, en 1993), hace un depurado elogio de la conservación de las especies vegetales que han logrado sobrevivir durante millones de años (es decir, de la naturaleza misma), y establece un hondo y metafórico diálogo entre madera y tinta.   

Se trata de un acercamiento de gran delicadeza al mundo vegetal, al poder de la naturaleza a través de los detalles, con el ginkgo como protagonista, lo que vincula al artista con la estética japonesa. Esta influencia oriental se percibe en toda su obra y subraya la sutil búsqueda de Diego Lara como creador curioso por otras culturas en una sensorial onda artística abierta a posibilidades renovadoras”. 

(Por Andrés Rubio)

Diego Lara estudia diseño gráfico y actualmente desarrolla su actividad con su propio estudio en las áreas de diseño editorial, identidad visual y tipografía. Participa y colabora con estudios de diseño en proyectos dentro del ámbito de la cultura, el arte, la fotografía y la ilustración, realizando proyectos personales, así como encargos y colaboraciones con pequeñas empresas, marcas y estudios a nivel local e internacional. Coordina la editorial MadLibro, especializada en libros con un importante componente artístico. Es profesor de tipografía, diseño editorial y sostenibilidad en el Istituto Europeo di Design (IED), Visual Arts, Madrid.

Paralelamente a su trabajo como diseñador gráfico, desarrolla su proyecto artístico personal, concebido como un refugio ante la urgencia de la vida cotidiana y basado en la búsqueda de la armonía del entorno y la tranquilidad en la naturaleza. Su obra se ha mostrado anteriormente en dos exposiciones en la galería Mad is Mad (Madrid) –‘Despacios’ (2017) y ‘Geometría inesperada’ (2021)–; en su primera exposición individual, ‘Una rama tembló’ (2022), en Espacio Local (Gijón); y en la exposición colectiva ‘Dibujar un paisaje’ (2022), dentro del festival de videoarte Proyector (Madrid).

ADRIÁN PEREDA

Durante toda su trayectoria, la obra de Adrián Pereda ha estado ligada a la naturaleza, a la búsqueda de soportes alternativos y al abandono del marco como formato natural de la obra plástica.

Su trabajo es fruto de la fascinación por el encuentro entre el ser humano y el mundo natural. Adrián crea collages a partir de materiales orgánicos como la corteza de Platanero Oriental, de la cual el árbol se desprende de manera natural, e interviniendo soportes de madera recuperados, como contraventanas, cuarterones o cajas que el humano ha desechado, para darles una nueva vida.

Su obra podría definirse como ‘arte consciente’. A partir de elementos humildes y cercanos y utilizando siempre soportes reciclados, crea piezas que ensalzan la naturaleza desde su propio renacimiento a través de las materias primas como obra de arte. De esta forma, rescata momentos fugaces que en la realidad durarían unos segundos, como el salto de una liebre o el descanso de una mariposa, para conservarlos en el tiempo.

En la plasmación de animales cercanos geográficamente, hay una intención de reinventar la forma en la que estos han sido representados a la largo de la historia, casi siempre usados como metáfora del poder humano sobre la naturaleza, como escenas de caza y bodegones de naturaleza muerta. Las obras son un intento de reordenar el costumbrismo, de forma que deje de girar en torno al poder del hombre, sino que parta desde la fascinación por el mundo animal.

El resultado son pequeñas ventanas en las que asomarse a la belleza de lo natural. Esa belleza a veces cotidiana, pero cada vez más exótica que nos rodea. 

Y estos collages son los que Adrián Pereda nos trae a S A V I A.

Adrián Pereda nace en La Rioja en 1984. En 2002 se traslada a Salamanca, donde se licencia en Bellas artes en la especialidad de Pintura. En 2006, una de sus obras es seleccionada por Miguel Ángel Pacheco para recorrer diferentes Centros de Estudios de Europa y Latinoamérica dentro del Certamen de Micro Relatos de la Universidad de Salamanca. En 2008 se traslada a Zaragoza, donde se especializa en diseño gráfico e ilustración y donde actualmente desarrolla su actividad compaginándola siempre con la creación artística.

En 2014, su obra forma parte de una muestra colectiva en torno al reciclaje R-Unión junto con Ángel Laín y otros artistas zaragozanos. Allí toma forma lo que definirá gran parte de su trabajo en los próximos años.

En 2020, durante la pandemia, sus retos de cine sobre directores como Hitchcock, Spielberg o Almodóvar se hicieron virales en redes sociales, lo que desembocó en el encargo de una edición especial de su ilustración La Calle Almodóvar para El Deseo Producciones.

Su obra ha sido expuesta, entre otros, en Biblioteca Nacional de la República Argentina, Universidad de Dresden Alemania, Instituto Cervantes de Múnich, Centro Cultural de la Universidad de Salamanca en Bogotá, CIEM Zaragoza (instalación permanente desde 2011), Universidad de San Jorge, Centro de Urbanismo Sostenible Valdespartera Zaragoza, Ámbito Cultural El Corte Inglés o Sala Correos Cibeles Madrid (2021).

En los últimos años trabaja también como muralista para instituciones como centros educativos y Ayuntamientos en Aragón y La Rioja.