FELICES AÑOS 20

En el año recién estrenado, Mad is Mad se llena de optimismo realizando un guiño a los felices y locos años 20 del siglo pasado, una década que dejó un respiro de expansión a un mundo aprisionado entre dos cruentas guerras mundiales. Hoy día, en tiempos de incertidumbres, urgencias y ansiedades, perseguimos una década luminosa que nos deje respirar tranquilos.

Nuestra pequeña aportación viene de la mano de cuatro artistas que apelan a las energías positivas, al trabajo manual, hecho con tiempo, mimo y paciencia, que apela a la buena suerte y al reciclaje y que, en algunos casos, como Ricardo y Desirée, toca directamente la imaginería de aquellos locos 20 de hace un siglo. 

Desirée Rubio de Marzo

Desirée Rubio De Marzo está interesada en libros que son ideas, en hacer palabras con cosas. En 2011 se une a Escrito a Lápiz, una idea editorial en la que las piezas son creadas alrededor del concepto de libro y el juego con su formato tradicional, la intervención, la reescritura, el ensayo y el error.

Presenta en Mad is Mad «Tender la mirada», una serie de postales antiguas de principios del siglo XX, donde Rubio De Marzo borda la mirada femenina, proyecto que nace precisamente del laboratorio editorial Escrito a Lápiz como un objeto de reacción poética. «En cada pieza única, y en ellas se establece una renarración gracias al bordado, la imagen y el texto manuscrito, con el fin de tensar el ángulo de visión de las mujeres, la mayoría de ellas sujetas a la tiranía de su tiempo y condición. La selección responde a un intento de comprender y descifrar la semántica de los ojos. A través del hilo se descubre una tensión latente en la imagen original. Esa tensión es incómoda y, a veces, socarrona. Con los hilos se reescribe la mirada femenina  en su deseo y su verdad, comprendida y reivindicada desde la tensión del hilo y la mirada actual».

Ricardo Vea

Sorprendente y realmente original, Ricardo Vea es un artista formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad de Córdoba, Argentina, que desarrolla sus obras utilizando una técnica fuera de lo común. Sus piezas únicas juegan con bordados a mano sobre fotografías antiguas y collages para dotar de nueva vida al pasado y traerlo al mundo contemporáneo. Alumno de la famosa bordadora Yolanda Andrés (que dio sus primeros pasos expositivos en Mad is Mad), sus composiciones llaman especialmente la atención por la delicadeza de la puntada y un gusto exquisito con referencias tanto a otros tiempos como a lo más actual, que se despliega en mil sugerencias, colores y detalles, que, asombrosamente, apenas se repiten y consiguen transmitirnos sensaciones que van desde la ternura a la ironía.

Aintzane Martínez de Luna

Aintzane Martínez de Luna nació en Bilbao. Licenciada en Bellas Artes, especialidad diseño (Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco), ha ido desarrollando diferentes aspectos profesionales en el campo gráfico, sin dejar de lado su pasión por la creación artística. En la actualidad, Luna explora nuevas técnicas y aborda diferentes disciplinas centradas en su proyecto de cerámica. La cerámica, en apariencia relegada a las artes decorativas, puede ser la materia prima idónea para obras que aborden temas que propician la reflexión; un soporte que recupera una tradición milenaria, dando una nueva perspectiva a nuestra manera de ver y observar el arte.

“En mi trabajo artístico, la cerámica se ha convertido en uno de los soportes principales para entretejer elementos tradicionales del ámbito doméstico con temas de índole social, político o filosófico en torno a la perspectiva de género y la identidad, así como la palabra, utilizada como base para la construcción de un discurso contemporáneo. A través de mensajes cortos, aparentemente inocuos, planteo una discusión sobre diversas materias bajo el prisma del humor y no exentos de cierta ironía”.

“En un soporte frágil como la porcelana y con un lenguaje formal cercano al grafiti y la cultura urbana, vuelco mi propio universo, mis influencias, sentimientos y experiencias vitales, inspirándome tanto en el arte como en la realidad cotidiana. Con mi particular forma de mirar el mundo, también hay espacio para la crítica; así, las creaciones que pueden parecer inocentes hacen una reflexión sobre el arte y otras cuestiones en la sociedad contemporánea. En esta línea de trabajo, en la que he construido un corpus de obra desde 2009, muestro también mis propias contradicciones. La identidad, un espíritu inconformista y las reivindicaciones han encontrado un medio de expresión perfecto en la cerámica”.

‘LA CONDICIÓN DE LA PERSONA AFORTUNADA: BUENA SUERTE Y FELICIDAD’. Este es el título de la instalación concebida para la galería Mad is Mad, a partir del proyecto ‘Fortune Cookies’. Está formada por un montaje de 9 platos y seis fanales de cristal que contienen seis galletas de la fortuna, que sugieren el deseo recurrente de las personas por alcanzar la felicidad a través de la suerte y el azar. La muestra reúne frases y expresiones en diferentes idiomas acompañadas de ilustraciones y símbolos que se refieren o identifican con la suerte, o se utilizan para desear buena suerte.

Desde el punto de vista de su investigación sobre la suerte (tychê) y la casualidad (automaton), la filosofía de Aristóteles presentaba una sugerente contradicción entre el carácter puntual de lo fortuito en los escritos físicos y la exigencia de una prosperidad externa permanente como condición necesaria de la felicidad (eudaimonia) en los escritos éticos.

Isabel Moltó

Isabel Moltó es creatividad desbocada y puesta en valor de materiales encontrados de toda condición. Es naturaleza y sofisticación desde la mayor sencillez y sensibilidad por la belleza. Desde su alegría existencial y su liderazgo innato, Isabel nos mueve hacia su mundo, el mundo del arte y la imaginación ilimitada. Licenciada en Historia del Arte, ha trabajado como maestra Montessori, restauradora de papel, joyera, decoradora…

Esta polifacética creadora se identifica con la pulsión vital de los escarabajos, insectos que se nutren de los excrementos de otros animales mayores que ellos. Son los grandes recicladores de nuestra naturaleza; aprovechan mejor que nadie lo que otros desechan y logran extraer de ahí la materia necesaria para crear belleza, la belleza de unos misteriosos y originales caparazones que abarcan desde el verde jade al rojo rubí, increíbles negros y dorados. El escarabajo es un excelente artista que crea belleza con lo que otros tiran, desechan. Así se siente Isabel Moltó.