20.12.2012

Berta, Julieta, Yolanda, María y María.

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DICIEMBRE / 2012. “Berta, Julieta, Yolanda, María y María” exposición que apuesta por lo femenino, por eso hemos decidido titularla utilizando los nombres de las cinco artistas que exponen en ella.

– Julieta, Yolanda, Berta, María y María –

BERTA SALINAS

Berta Salinas (Madrid, 1982) emplea la técnica de bordado tradicional para presentar una obra que busca construir pequeños relatos sobre situaciones o vivencias personales. La artista madrileña parte de una frase de Salvador Dalí para ilustrar su serie ‘Caníbal’, que presenta en Mad is Mad para el invierno de 2012: «Su sueño era empequeñecer a Gala como una oliva para poder tragársela. El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura».

Salinas interpreta una serie de pensamientos y experiencias que traduce en poemas visuales que relatan, con cruda hermosura, el desamor y el doble filo de las relaciones. En un sentido metafísico, el devorar y ser devorado. El planteamiento parte de la premisa de que el canibalismo, en cualquiera de sus acepciones, resulta implacable. Para ello, dibuja directamente con la aguja sobre la tela, sin esbozo previo, lo cual aporta a la pieza autenticidad, realismo y una factura artesanal única. Salinas da cuenta de un hecho que acontece en el terreno de la intimidad entre dos personas. Una realidad manifiesta y no siempre evidente. En su obra, el canibalismo –la práctica de alimentarse de miembros de la propia especie– lo lleva a cabo un singular depredador, el de los sentimientos. Se nutre devorando confianzas, secretos, complicidades, alegrías propias y ajenas, franqueza y hasta el más sutil de los gestos que conlleva la idolatría, el querer al otro sin limitaciones, sin ataduras. La creadora plantea carne. Hilo cosido al rojo vivo de la conmoción.

Si bien la técnica del bordado confiere belleza, sutilidad y elegancia, su obra muestra el horror sin adornos superfluos. La artista no encubre el dolor, no trata de disimularlo. Más bien lo muestra en todo su esplendor. Quizá esa sea la manera más noble de sacarlo a la luz. Una denuncia estremecedora y hermosa de aquello que no tiene cabida en el amor. Sus bordados son una manifestación certera de la ternura, desprovista del todo de tapujos.

¿Acaso es este tipo de canibalismo el inevitable trámite para aprender por fin en qué consiste la esencial naturaleza del amor?”

(Texto de Sara M. Jaimes)

Obra de Yolanda Ándres.

 YOLANDA ANDRÉS

«Me crié en un pueblo de Zamora muy pequeño, mi madre tenía una mercería, imagínate, hilos, lanas, cintas… A los seis años me colocaron un dedal en el cole y me enseñaron a bordar; bordaba para hacerme mis manteles, mis ‘tú y yo’, y me metía en la cama de noche para bordar a escondidas y hacerle regalos a mi madre. Recuerdo tardes de sol en la calle bordando con las amigas, tías, abuelas, hermanas… Todo esto era divertido, pero con un punto de disciplina femenino que no me gustaba mucho.

Estudié Bellas Artes en Salamanca y acabé llevando la dirección de arte de una agencia de publicidad en Madrid. Transcurrieron 12 años, y nació la primera de mis tres niños. Tuvo un nacimiento desastroso, 900 gramos, operaciones, cinco meses en la UVI y dos años enganchada a una máquina de oxígeno. Estar cerca de ella, en silencio, sin ordenador y sin productos para pintar (no podía utilizar nada que oliera) me llevó a retomar los hilos. Empecé haciendo regalos a amigos, y ellos y mi marido me animaron a seguir… Y aquí estoy».

Las pajaritas, estanterías con libros, sillas de jardín y gotas de lluvia que constituyen algunos de los principales motivos de los lienzos bordados de Yolanda Andrés Andrés nos transportan a un mundo cálido, al refugio de la casa y la gente que nos quiere, del silencio y la tranquilidad y las largas tardes de invierno. Yolanda consigue transmitir todas esas sensaciones de una manera instintiva, a través de un lenguaje sencillo y directo, y, claro, puntadas y combinación de colores de gran perfección.

Manuel Cuéllar nos cuenta cómo Yolanda Andrés borda el arte en “El Asombrario”.

Obra de Julieta Álvarez.

JULIETA ÁLVAREZ

Julieta Álvarez, que nos acompaña en Mad is Mad desde que abrimos con sus exitosos muñecos Ditos, ya nos había adelantado sus destrezas  con sus abstractos bordados en bastidor. Ahora, en esta exposición para la Navidad de 2012, nos presenta uno de los proyectos más personales de la carrera de esta polifacética artista y diseñadora: ‘Naturaleza Festiva’, compuesta de móviles y collares. Ella explica el espíritu que le anima: «Es NATURAL porque me han interesado cada una de sus interpretaciones: la de naturaleza, tal cual la imaginamos, con sus ríos, montañas y días de lluvia; y la de naturalidad, espontaneidad tanto humana como animal. Y es también FESTIVA, porque es en lo vital y lo alegre donde encuentro una belleza muy específica que me emociona». Y su inspiración: «Mis guías en esta búsqueda han sido principalmente tres autores: Alexander Calder, cuyos móviles han ejercido sobre mí una influencia evidente; Pina Bausch y su visión del movimiento, y Wolf Kahn, con esa especial sensibilidad del color en la naturaleza».

Obra de María Ramírez.

MARÍA RAMÍREZ

Esta manchega de Albacete de solo 22 años reside actualmente en Madrid, adonde hace unos años se trasladó para comenzar su carrera artística. «Centro mis intereses artísticos en el arte contemporáneo. Desde el punto de vista formal, suelo utilizar en mi trabajo formas sencillas, con tendencia a la abstracción geométrica, que ponen de manifiesto el uso de técnicas grafo-manuales que inciden en el gesto y su repetición como vocabulario básico para la construcción de ‘patterns’, a partir de los cuales realizo diferentes proyectos en diferentes contextos. La experimentación con distintos soportes y materiales me motiva a realizar nuevos proyectos y adentrarme en nuevas ideas. Me apasiona el diseño nórdico, amo la delicadeza con la que siempre han tratado sus diseños y textiles. Me muevo por inspiración, pero también por el estudio de la obra de grandes artistas como Koshiro Onchi, Ray Eames y John Baldessari». «La música también es algo que mueve mi trabajo, jugando con el tempo y el movimiento». «Una de las técnicas que empleo con mayor frecuencia es el grabado, ya que la posibilidad de realizar una obra múltiple está en coherencia con el concepto de repetición con el que vengo trabajando desde hace tiempo». «Me interesa realizar una obra multidisciplinar, capaz de hibridar conceptos propios del diseño con otras áreas artísticas como la pintura, el dibujo y otras áreas ‘más artesanales’ como el textil».

Precisamente son esas líneas creativas de la repetición, el tempo y el textil las coordenadas de su propuesta en Mad is Mad.

Obra de María Ramos.

 

MARÍA RAMOS

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, María Ramos estudió fotografía y diseño gráfico en Madrid. Ha recibido ayudas para la formación como la beca en audiovisuales de la Junta de Castilla y León que le permitió estudiar en la escuela de fotografía EFTI de Madrid. También becas para desarrollar proyectos, como la Francisco de Zurbarán a artistas plásticos en 2010. En estos últimos años ha sido premiada en el Certamen Cultural Ibérico Jóvenes Artistas de Cáceres en la modalidad de diseño gráfico y en el de Arte Digital/Mural de la Escuela Politécnica de la Universidad de Extremadura. También ha recibido el primer premio de audiovisuales en el Premio San Marcos, expuesto en el DA2 (Museo de Arte Contemporáneo de Salamanca). Ha expuesto recientemente en el Matadero de Madrid, el Embarcadero de Cáceres y en la sala de arte de Cabeza de Ratón en Cáceres. En 2012 ha editado dos fanzines: Bananamán junto a Cinta Arribas y MAMBO con Fermín Solís y José Luis Forte.

A Mad is Mad nos trae su doble cara, tierna e inquietante. Tierna a través de sus estampaciones digitales de osos y ciervos con marcado espíritu navideño. Inquietante con sus muñecos de miembros de plástico y cuerpos de peluche, transgénicos y desmembrados, pero que se acercan a nosotros con el ánimo de recibir cariño.

 


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